martes, 10 de junio de 2008

Cumbia Old School

Mientras la televisión rescata ídolos del pasado, los grupos de rock homenajean a las leyendas olvidas de la cumbia peruana.

Viernes de psicodelia amazónica en Barranco. Sobre un escenario, antiguo altar de las misas negras del rock nacional, una banda homenajea a una leyenda de la cumbia peruana. Uno de los temas principales alude a las visiones del ayahuasca con devaneos de guitarra. El público baila, salta y canta a más no poder. Una pregunta surge desde el interior de la euforia ¿Cuándo les empezó a gustar la cumbia?

A fines de los años 60, en Lima y en Pucallpa, bajo la sombra de la junta militar y sus reformas radicales, aparecieron dos bandas que se atrevieron a mezclar ritmos y estilos aparentemente irreconciliables. En ellas, la fascinante velocidad de la cumbia colombiana y del joropo venezolano, las hipnóticas líneas de órgano de la psicodelia anglosajona, las desencadenadas líneas de guitarra de los grupos instrumentales de California y, por supuesto, las ancestrales melodías vocales de los Andes fueron conjuradas para dar inicio a lo que conocemos como cumbia peruana, uno de los géneros musicales más populares que nuestro país ha conocido y disfrutado en los últimos treinta años. “La cumbia en el Perú es un género inaudito, es una mezcla bastante especial de tradiciones, si uno es escucha los punteos de la guitarra en la cumbia de esas décadas es el punteo de la guitarra criolla, por eso hay una continuidad de tradiciones musicales que se confluyeron y generaron este género”, señala el sociólogo Santiago Alfaro.

VOLVER AL PASADO

Las dos bandas pioneras de la cumbia peruana de los 60 (Los Destellos y de Juaneco y su Combo) y una tercera que surge en la década siguiente (Los Mirlos), son ahora los principales iconos para las bandas de rock local. La cumbia, esta música es tan nuestra que rompe todas las barreras. Antes desterrada como música popular, ahora es el fruto de un movimiento cultural bullanguero y muy peruano.

“Ya se ha muerto mi abuelo”, “Linda nena”, “Vacilando con ayahuasca” y "Mujer Hilandera", son algunos de los temas de Juaneco y su Combo que se han convertido en covers. Esta mítica banda fue fundada por Juan Wong (Juaneco), la agrupación desde 1966 se ha ocupado de otorgarle a la cumbia la identidad del oriente. A pesar del trágico accidente aéreo en el que falleció la mayor parte de sus integrantes, y de la posterior muerte de Wong, en el 2004, el grupo sigue actuando bajo la dirección de Mao Wong, el nieto del fundador. “Es interesante ver a Juaneco y su Combo vestidos de shipibos y como reivindicaba la cultural local sin ningún tipo de vergüenza hace 30 años”, comenta Alfaro. Precursores de una tradición que tiene sus primeros reportes en la fiebre del petróleo, estos hijos predilectos de Pucallpa describieron una trayectoria que recién ahora se valora en su exacta dimensión.

Otra agrupación involucrada dentro de este movimiento son Los Destellos, grupo limeño formado en 1968 por Enrique Delgado Montes. “Lo que hizo Enrique Delgado fue fusionar ese gusto por los ritmos tropicales con las melodías rockeras, porque él también tenía canciones ahuaynadas, como “Caminito Serrano”, “Valicha” hasta canciones dirigidas a la selva, como “Charapita”, entonces, él fue explorando estilos que después se fueron desarrollando en el Perú”, explica Alfaro. Basta escuchar “Elsa”, “A Patricia” y “Para Elisa” para poder comprender el singular virtuosismo de Delgado, capaz de evocar, en pocos segundos, a The Ventures, a Pastorita Huaracina y a Jimi Hendrix. “El primer disco que grabé fue en forma condicional, o sea sin cobrar un solo centavo. Si se vende perfecto, pero si no se vendía no pasaba nada. Así en octubre del 68 grabé mi primer disco El Avispón, y pegó”, solía decir el líder de Los Destellos en sus épocas de gloria. Enrique Delgado muere en 1996. Ahora su hermana, Edith Delgado Montes, lidera la banda.


En 1973, Jorge Rodríguez Grandez funda Los Mirlos. “La danza de los mirlos”, “Muchachita del oriente”, “El milagro verde” y el ya clásico “Sonido amazónico”, títulos que hacen referencia a Moyobamba, lugar de nacimiento de Rodríguez, quien se mudó a la capital cuando era muy joven. Es notable el trabajo que realiza el guitarrista Danny Johnson, quien le dio a la banda un sonido más oscuro, sinuoso y reptilesco, que lo diferenciaba abiertamente de sus más alegres contemporáneos. Los Mirlos en principio interpretaban temas de corte instrumental pero poco más tarde integran líricas sencillas como su tema “Danza del petrolero” y más elaboradas como con “Eres Mentirosa” interpretada por el desaparecido Julio Mau Orlandini. “Todos tenemos influencia de Los Destellos, pero con un valor agregado y original, como nuestro estilo que es el de la cumbia amazónica”, menciona Jorge Rodríguez.


UNA NUEVA GENERACIÓN, UNA HISTORIA VIVA

En los últimos años ha venido ocurriendo lo que hasta hace muy poco resultaba absolutamente impensable: la cumbia peruana y la chicha, géneros a menudo despreciados en los extramuros de los barrios populares de las principales ciudades del país, hoy empiezan a ser valorados y parecen haberse puesto de moda en el circuito de establecimientos nocturnos de Barranco y Miraflores.

“Estamos pasando por un proceso de la cholificación de la televisión, de la opinión pública. Y vivimos un tercer auge comercial nacional de la cumbia, el primero fue el de los 80 liderado con Los Shapis, fue la primera gran fiebre. La segunda fue a fines de los 90 que llamaron tecnocumbia que es un auge comercial porque aglutinaba a múltiples estilo de interpretar cumbia, uno de esos líderes fue Agua Mariana y Armonía 10. Y ahora a partir del 2007 se ve un tercer gran auge, liderado por la cumbia norteña, este último auge ha logrado como sucedió quizás en los 90 penetrar en el gusto de la clase alta y está haciendo que la clase media comience a explorar la familiaridad sonora con otros grupos de cumbia, por eso tenemos conciertos donde está Bareto con Los Destellos”, expone Santiago Alfaro.

Quizás uno de los principales responsables del rescate de estos ritmos tropicales para un nuevo público (y una nueva generación) sea la agrupación musical Bareto (cuyo estilo es definido por sus propios integrantes como una fusión de rock, reggae, ska y cumbia), que en los últimos meses ha causado furor con sus tórridos conciertos acompañado de Los Destellos, y los homenajes que ha realizado al mítico conjunto de la selva peruana, Juaneco y su Combo. “La gente de Barranco y Miraflores está escuchando cumbia, ahora, me gustaría llevar la cumbia que hacemos nosotros para la gente de la selva”, comparte Joaquín Mariátegui, líder del Bareto. Pero hay un grupo que ha visto de cerca y por más tiempo estos cambios en la música y en el público. La Sarita, una banda fusión que ha venido uniendo la música popular con el rock desde 1998, es quizá el mito popular más poderoso, complejo y fascinante del Perú contemporáneo. Así, como estas dos bandas, también han surgido grupos, como los electropicales de La Mente y Barrio Calavera con su skachichandroll, una combinación de ska con otros estilos (chicha, rock and roll y ritmos tropicales). Todos estos grupos han tenido la oportunidad de compartir en distintos escenarios con las leyendas de la cumbia. Aunque un ejemplo de haber participado con las tres leyendas es Barrio Calavera, primero en el bar La Noche junto con los Mirlos, segundo en la discoteca Vocé acompañando a Juaneco y su Combo, y por último de regreso a Barranco con Los Destellos. “Nos sentimos bastante contentos de que a la nueva generación le guste la cumbia peruana”, confiesa Edith Delgado.

La música gracias a Dios no tiene forma ni color, no sabe de prejuicios ni de raza. Es esa gran sábana invisible que nos cubre a todos y lo único que sabe es sonar.


* Todas la imágenes son propias del sitio Yerba Mala.

domingo, 8 de junio de 2008

La estrella de la sanguchería

Es domingo, vamos en busca de esos exquisitos chicharrones que uno dice sólo se pueden comer en Lurín. Pronto se hace una rápida revisión de planes, Lurín está muy lejos. Aunque las ganas por esa versión peruanísima del ‘sandwich’, sánguche, o comúnmente llamado pan con chicharrón sigue inquietando al paladar.

La historia del pan con chicharrón es confusa y ambigua. Hace poco más de tres décadas aparecieron numerosos locales que ofrecían desayunos de infarto, incluían su siempre despampanante chicharrón de cerdo y un jugo o café para acompañar el plato. La mayoría de estas sangucherías se ubicaron en Lurín –valle hoy conocido por sus famosos sánguches de cerdo– y fueron, conforme pasó el tiempo, esparciéndose por el resto de la capital hasta constituirse en locales que hoy gozan de gran afluencia. Por sus ingredientes, el pan con chicharrón, es de origen mestizo y responde a la mezcla española y peruana. Lo curioso del caso es que han sido los descendientes de la inmigración china y japonesa radicados en nuestro país los que se han especializado en la preparación de este sánguche de fin de semana.

El chino de la esquina

En los barrios de Lima y Callao, siempre se ha oído la famosa frase, el chino de la esquina, curiosamente esto es posible en los jirones Chancay con Zepita en el Cercado de Lima. No se encuentra la famosa tienda del chino, pero si una famosa sanguchería.

En El Chinito la devoción por mirar qué nos preparan, sobrepasa los límites. En la puerta del jirón Chancay se luce una paila de bronce con los pedazos de chicharrón flotando de placer. A su lado, otra más pequeña y de acero común hace dorar los camotes anaranjados en rodajas. Tras el mostrador, unas fuentes metálicas en baño María mantienen calientes el lechón trozado, el pavo en rodajas y el jamón ahumado.

Félix Yong, hijo del homónimo padre que inauguró este local hace 48 años, asegura que vende 100 kilos de chicharrón al día. Eso porque abre desde las 8 a.m. hasta las 9 p.m. de lunes a viernes. Y los domingos y feriados atiende hasta el mediodía. "El peruano es muy exigente, percibe los detalles. La calidad y la cantidad deben ir a la par, siempre", confiesa.

Es el pan con chicharrón, el sánguche peruano por excelencia. Es la forma de prepararlo y de comerlo, el crujir del chancho, lo crocante del pan, la combinación mágica del dulce camote frito, el ácido de la cebolla y ese inconfundible salado del cerdo frito en su propia grasa. Es un exceso de sabores, una exageración de las mejores. Un festín de sensaciones, y todo, en un mismo sánguche.


* Todas las imágenes son propias del sitio Yerba Mala.

viernes, 30 de mayo de 2008

La Papa, "Pan Peruano"

El presente año ha sido designado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), "Año Internacional de la Papa".

El logo del AIP

Actualmente, la papa es uno de los productos alimenticios más consumidos y apreciados por su valor nutricional, y representa una de las contribuciones más importantes de la región andina al mundo entero.

Sin embargo, pocos sabemos que este año ha sido elegido por la ONU como Año Internacional de la Papa. Pero algo aún peor es que desde el año 2005 existe el Día de la Papa que se celebra el 30 de mayo.

Ilustración de Omar Zevallos. En "La papa: soy peruanita" de Teresina Muñoz-Nájar. Lima, 2007.


La papa no sólo tiene historia en el Perú, como presenta en estas fechas el Museo de la Nación (La papa: Símbolo Sagrado y Profano), sino también como lo afirma el canciller José Garcia Belaúnde, "El mundo sabe hace muchos siglos que la papa es del Perú y que ésta salvó del hambre a Europa".

Aunque la papa sea producto peruano, hoy en día, China se ha convertido en el primer productor mundial de papas, seguida de la India, La Federación de Rusia y los EE.UU.








Sepas Más:

  • El Perú es el país con mayor variedad de papas en el mundo al contar con ocho especies nativas domesticadas y 2,301 de las más de 4,000 variedades que existen en Latinoamérica.
  • Una papa mediana contiene apenas 90 calorías, o sea el 5% de las que tiene el trigo, y el 25% de las calorías del pan.
  • La papa cocida tiene más proteína vegetal que el maíz y casi el doble de calcio.
  • El Vodka es elaborado de la cáscara de la papa.



Año Internacional de la Papa
http://www.potato2008.org/es/index.html

El centro Internacional de la Papa
http://www.cipotato.org/

martes, 6 de mayo de 2008

Juaneco y su Combo desata euforia en discoteca limeña


Miércoles 30 de abril, a pocas cuadras de la discoteca Vocé, en el Estadio Nacional, los hinchas de Universitario de Deportes celebraban el triunfo de “La Crema” ante los blanquiazules de Alianza Lima. Mientras que en la cuadra 20 de la Av. Pettit Thoars, un cúmulo de personas ansiosas esperaban por ingresar o comprar su entrada para el concierto, general 20 y VIP 30 soles. Aún no eran las 11 de la noche, pero el local estaba lleno, lo que dificultaba el movimiento y la búsqueda por encontrar un buen sitio para disfrutar el show.
A las once y media de la noche, se llevaba acabo un pequeño desfile de modas en el centro de la pista de baile, la gente no quiere ver modelos, quiere cantar, bailar, gritar, saltar y un sin fin de términos que desatarían la euforia. Los encargados de abrir el concierto son los electropicales de La Mente, con la canción “Quita y Pon”. Si dejas de bailar por un momento se puede sentir como el piso tiembla, es debido a los saltos de las personas. Entre otros temas que tocó La Mente estuvieron “Radio Funeral”, “Je je je”, “Los enfermos”, “Fuego en Mesa Redonda”, “La venganza del monte Mente” y cerraron con “La Mente” mezclada con “Grandes Éxitos”.



La multitud se encontraba desesperada por ver a Juaneco y su Combo, a medida que pasaban los minutos empezaban a gritar, Juaneco! Juaneco!, pero aún faltaba un grupo como antesala a la Leyenda de Pucallpa. Barrio Calavera, con su skachichandroll, una combinación de ska con otros estilos (chicha, rock and roll, ritmos tropicales, etc.). “Danza del Chichilejo” fue la que abrió el repertorio, seguida de “No quiero ir a la guerra”, “Mi cielo”, “No te puedo olvidar”, “Pavilito”, “Bailando Ska”, “Vagabundo” (tema popularizado por el bolerista Iván Cruz), pero el público seguía sin contener las ganas y aún se podía oír, Juaneco! Juaneco!. Para asombro de las personas la banda continuó con “Se ha muerto mi abuelo” (de Juaneco y su combo). Esta última es coreada por la gran bestia humana que se deshidrataba y trataba de bailar en donde no entraba una aguja más. Al terminar la presentación de Barrio Calavera, la verdadera sorpresa fue que el tema “Se ha muerto mi abuelo” no se encontraba en el set list de la banda. “Que bueno estar reunidos todos acá, sin prejuicios de raza ni estilos para disfrutar de este concierto”, reflexiona Winsho, vocalista de la banda, frente al público para darle lugar a “Ska multirracial”, y finalizar con “Poder Verde” en una noche que prometía Cumbia.




De la selva su Juaneco




Después de un intervalo acompañado de salsa, cumbia, reggaetón, etc., las manecillas del reloj indicaban las dos de la madrugada, los instrumentos eran colocados en la tarima, y cada minuto era interminable. La gente pedía, Juaneco! Juaneco!, parecían estar bajo el efecto del Ayahuasca. Los flashes se empezaban a sentir, era señal de que el momento más esperado había llegado. Los primeros integrantes se empezaban ha asomar por el escenario, por fin se escucha una voz, son las palabras de sorpresa y agradecimiento por parte del animador y corista de la agrupación, Leni Ibarra. A continuación presenta a los miembros de la orquesta que estaban en el estrado: Luis Lozano (Bajo), Felipe Portilla (Teclado), Felipe Sorito (Bongo) y Miguel Sánchez (Congas). Los últimos en ingresar son Fernando Mora (Primera Guitarra), Rosendo Hidalgo (Timbales), y Wilindoro Cacique (Voz original) retrasa su entrada cerca de 2 minutos, y la histeria obliga a preguntar, ¿Y Wilindoro?, para luego gritar, Wilindoro! Wilindoro!. Una vez completo, Juaneco y su Combo, empieza ritual enfundados en sus trajes típicos chamánicos, y acompañados por dos hermosas bailarinas.
El sonido de las la congas y ese peculiar estilo al que los nativos de Pucallpa llaman Atahuampa es el inicio del “Poder Verde”, aunque no importa que nadie sepa exactamente qué es eso, sólo bastaba sentirlo. “Shipibo en España” es la primera canción de una gran colección, todos danzan, porque estos temas no se bailan, se “danzan”, y no interesan los prejuicios. “Y dale Juaneco”, “Fiesta de San Juan”, “Linda Nena”, acompañaron la noche dando paso al “invitado espacial” como decía el afiche. Julio Pérez, vocalista del grupo La Sarita, entra tocando las maracas, y se vuelve a escuchar ese mítico estilo Atahuampa. Ole, mujer hilandera, ole ole ole/ tú me enseñas a hacer hilo/ yo te enseño a enamorar…Es “La Mujer Hilandera”, todos saltan alzando los brazos, mientras Wilindoro y Julio se agachan moviendo los hombros al compás de música. Ya se muerto mi abuelo (ayayay)/ tomando trago (ayayay)/ ya se ha muerto mi abuelo (ayayay)/ tomando masato (ayayay)… es la segunda en compañía de Julio, y “Se ha muerto mi abuelo” es canción más cantada por el público, uno ya no sabe si está bailando, saltando o volando. “Vacilando con Ayahuasca” que incluye gemidos femeninos, los cuales fueron imitados esa noche por Wilindoro. La adrenalina está en su punto más alto, Wilindoro está en el piso de escenario, todos le dan la mano, el personal de seguridad lo sostiene para que no pueda ser arrastrado por la gran bestia.
A las tres y media de la mañana, la leyenda de Pucallpa, está más viva que nunca, a estas alturas ya no importa que una falla de sonido dure cuatro minutos, y tampoco que las piernas estén adoloridas, ya ni se sienten. Vuelven a tocar “Se ha muerto mi abuelo”, y la gente la danza como la primera vez. El show aún tiene hasta las cinco de la mañana, y la discoteca Vocé sigue repleta, como a las once de la noche de ayer, mientras algunos se preguntan si aún podrán encontrar un buen caldo de gallina para recuperar las fuerzas que el Poder Verde se llevó.



* Todas las imágenes son propias del sitio Yerba Mala.

jueves, 10 de abril de 2008

A la maestra con cariño

Al parecer la Universidad San Martín de Porres siempre está en la mira. Esta vez no es por un spot de TV. ni por el teléfono celular de algún alumno o por el equipo de fútbol, sino, por la opción sexual de una profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Esther Vargas es mi profesora de Técnicas de Periodismo Escrito 3, también, periodista y editora de la sección Ciudad del diario Perú.21.


Hoy encontré a mi profesora en el estacionamiento del grifo que está ubicado frente a mi facultad, la saludé y ella respondió: Hola. En el segundo receso de 10 minutos, entre las horas de clase, un grupo de alumnos se juntó en la carpeta central del salón, pensé que era un chisme común y corriente, pero resultó ser que en la página 15 del diario Perú 21, en la sección Sociedad, aparece un nota con el título, Disculpen, Soy lesbiana.


Antes de seguir esta nota, quiero aclarar que no pretendo defender a nadie, porque creo que Esther Vargas ya lo hizo por si misma. Lo que si pretendo reclamar es la injusticia que se cometió al siquiera pretender y exclamar esta especie de discriminación, no sólo por parte de la universidad sino, también por el lado de los padres y alumnos que quizá sin pretender dañar a alguien comentaron en sus hogares sobre la opción sexual de la profesora.

Desde aquí me disculpo por parte de todos sus alumnos, y espero verla la próxima clase en el escritorio del aula 302.







Aquí Esther Vargas nos trata de explicar lo ocurrido: